Adriana Mejía vive con su esposo y sus dos hijos, uno de ellos, Santiago, tiene una discapacidad congénita. El espacio del baño era muy estrecho, porlo que se les dificultaba bañar a Santiago.
Corporación Diocesana al ver la situación en la que se encontraba esta familia decidió brindarles una ayuda, y así mejorar sus condiciones de seguridad y salubridad.