Técnica en sistemas y Pedagogía infantil, Jennifer Carvajal, madre de un hermoso niño de tres años de edad y actual docente del Centro de Desarrollo Infantil (CDI) Sueños y sonrisas de Cartago, Valle.
Ha dedicado una parte de su vida a ser madre comunitaria, recibir doce niños en su casa era su diario vivir. Repartía su tiempo entre cocinar y jugar con los niños. Siempre ha hecho su trabajo con amor y dedicación porque es lo que le gusta.
Hace tres años les dieron la noticia a las veinticinco madres comunitarias del sector San Joaquín que iban a construir un inmueble entre el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y la Corporación Diocesana. La noticia no fue bien recibida puesto que tenían el temor que por su falta de estudios fueran retiradas de lo que ahora es el CDI.
Cuando la construcción finalizó y se dio inicio a las tareas dentro del CDI las veinticinco madres comunitarias estaban ahí para empezar sus labores como docentes de los niños en las diferentes etapas: Caminadores, Infancia Temprana, Pre Jardín y Jardín.
Jennifer, hace parte del grupo de docentes de Caminadores, que son niños entre los doce y veinticuatro meses de edad. Su labor es acompañar a los niños en el proceso de crecimiento, reconocimiento de las cosas y el desarrollo cognitivo.
Afirma que aunque en el CDI son más niños, el espacio que le proporcionan es más grande y es adecuado para sus necesidades, además toda su atención está puesta siempre en ellos porque ya no tiene que dedicarse a cocinar ni asear el lugar como sí lo hacía en su casa.
Jennifer se encuentra realizando sus estudios profesionales de Pedagogía infantil. Corporación Diocesana brinda anualmente diplomados para las personas que trabajan en el CDI capacitándolos para realizar sus labores satisfactoriamente.
Desde el momento en el que dejó de ser una madre comunitaria su vida cambió. Ya no podía compartir el mismo tiempo con su hijo como cuando trabajaba en la casa, sin embargo trabajar en el CDI le ha traído muchos beneficios, la forma de trabajar es diferente y más dedicada a los niños, su sustento económico aumentó un poco, la infraestructura es mejor para las docentes y los niños.
“Todos los materiales que los niños necesitan los brinda la Corporación Diocesana. Otros operarios los han restringido” afirma Jennifer. Dentro del CDI los niños cuentan con Nutricionista, Psicólogo, y Enfermera.
Hace dos meses, Jennifer perdió a su esposo por hombres a mano armada, ha sido muy difícil reponerse de un dolor tan grande. Ahora ella lucha sola y con el recuerdo de su cónyuge por el bienestar de su hijo; brindarle todo su amor siempre será su prioridad. Dice estar muy agradecida con la Corporación Diocesana por ayudarla en todo lo que ha necesitado, sobre todo, después de la muerte de su esposo. “Me han ayudado mucho, con permisos, económicamente, sucesiones. Tengo mucho que agradecerles y no me alcanzarían los días para hacerlo”.
Jennifer desea que la Corporación Diocesana siga operando este Centro de Desarrollo Infantil por muchos años más, porque tanto los niños y niñas, como las docentes y todo el personal han recibido apoyo incondicional por parte de esta institución que trabaja por el bienestar de la niñez, en este caso de la Comuna 7 de Cartago.